Definir que se considera como inteligencia es motivo de debate, por lo que cambia según la perspectiva de quien la perciba, algunos la definen por la sabiduría que adquiere la persona a lo largo de su vida, otros, por la sed de conocimiento, pero también se ha relacionado con una gran capacidad para memorizar o para resolver problemas cotidianos. La verdad es que muchos, en ciertas ocasiones, escuchamos que se utiliza este adjetivo para calificar a individuos indeterminadamente, sin saber qué es lo que esta palabra implica.
La inteligencia ha sido motivo de estudios desde tiempos remotos, enlazando el término con la velocidad de respuesta que tiene una persona ante los estímulos o con una edad mental superior a la que realmente se tiene, y para calcularla, se llegaron a crear los famosos test de coeficiente intelectual, que en la actualidad, han estado sujetos a la polémica por parte de expertos que difieren en el hecho de que estos pueden definir en realidad la extensa capacidad intelectual del humano.
Después de varios estudios, los expertos que han dedicado gran parte de su tiempo a estudiar la inteligencia, han encontrado patrones que pueden ayudar a distinguir a alguien sagaz, por ejemplo, la facilidad con la cual estos resuelven problemas que requieren cierto esfuerzo para otros, cualidad que no solo se limita a un ámbito, sino que puede extenderse a muchos otros.
Es por eso que se han definido varios tipos de inteligencia, de los que conocemos alrededor de 12 variedades, como por ejemplo la inteligencia emocional, relacionada con el autocontrol, la inteligencia cinestésica, asociada con el movimiento corporal o la inteligencia musical que hace referencia a la facilidad para identificar y reproducir melodías, también encontramos algunos tipos que son reconocidos fácilmente en la sociedad, como la inteligencia lingüística o la lógica matemática, y otras, de las que no se habla mucho como la espacial.
Esto, nos demuestra una vez más que todos poseemos diferencias que nos hacen especiales, y que cada persona debe sacarle el máximo provecho a sus habilidades, se debe aprender a valorar todas las formas en las cuales los seres humanos expresan su inteligencia, ayudando así, a que el mundo alcance aquel deseado punto de equilibrio y armonía.